La madera es nuestra materia prima, el elemento del que nos valemos para dar forma a un nuevo instrumento y sin lugar a dudas donde se deposita gran parte de nuestra experiencia, conocimientos y aprendizaje constante.
Es algo fundamental disponer de un buen almacén de madera previamente seleccionada donde poder ejercer control sobre ella a lo largo del tiempo de secado antes de estar en óptimas condiciones de uso.
La calidad sonora, la durabilidad y la estabilidad del instrumento se deben fundamentalmente a dos factores en lo que se refiere a la madera. La calidad de las piezas, algo fundamental, y a un correcto tiempo de almacenaje y secado que bajo mi criterio se divide a su vez en dos fases. Una primera etapa de secado inicial y que está muy condicionada por la humedad que tenga la madera cuando es adquirida que suele ser relativamente corto y una segunda fase donde la madera se someta a un tiempo más prolongado, lo más prolongado si es posible, en condiciones de humedad y temperatura controladas que nos proporcione como fin, unos niveles aceptables de estabilidad frente a los cambios de condiciones ambientales.